Te colocas lo mejor posible la almohada y pronto caes rendido. No tardas en despertarte sobresaltado. Una atractiva morena ha derramado su café sobre tu entrepierna. La chica se afana en limpiarte, francamente consternada. No hace falta intercambiar palabra alguna cuando nota cómo tu misil está en la rampa de lanzamiento. Rápidamente os meteis en el lavabo. Os desnudais con salvaje pasión, tras probar sus jugos, te susurra al oído: "te quiero dentro de mi". Se te nubla la vista y te dispones a hacerle ver las estrellas.
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