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Corres tras Zipple pensando que eres más veloz que él y no te costará atraparlo, pero al traspasar el umbral de la puerta te quedas anodadado. A lo largo de un interminable pasillo se distribuyen centenares de puertas numeradas, Zipple ha podido escapar por cualquier de ellas. Empiezas a abrir una puerta tras otra, muchas dan a habitaciones vacías, pero para lo que te deparan algunas, no estás preparado: en la primera, te encuentras con la habitación de un chico sentado frente a 200 televisores en cada uno de los cuales se retransmiten partidos de fútbol; en la de más allá, un trío de jovencitas disfrazadas de mariquitas te reciben al grito de: ¡Mariquita tu padre!. Marcas esa puerta para volver más tarde y debatir esa cuestión y continúas abriendo puertas. Lo echas a suerte esta vez, pero tampoco aciertas, tras la puerta elegida está la habitación de un joven con grandes patillas y una camiseta azul en la que dice... no, es demasiado ofensivo para decirlo. Asombrado por el mensaje de la camiseta, cierras la puerta rápidamente y entonces lo ves, un chino con mandil se dispone a entrar a una de las puertas.



. Si persigues al chino en busca de alguna pista y de productos de uso diario bien baratos, ve al post 55

 
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