El chino te recuerda al camarero del "Gatito Feliz" un restaurante asiático donde sueles llevar a todos tus ligues, asi que le sigues. La puerta da a un callejón bastante sucio que desemboca en una inmensa avenida repleta de locales con grandes carteles luminosos anunciando todo tipo de espectáculos. Paras a un transeúnte y le preguntas dónde estás.
- Oh, ¿es nuevo aquí? Bienvenido a un lugar donde nada es real, bienvenido a... Broadway - responde con una sonrisa de una forma tan melódica que de un momento a otro esperas que aparezcan bailarines de tras los cubos de basura y que una pegadiza melodía inunde la atmósfera con sus notas. Pero el transeúnte continúa su camino sin más y tú haces lo mismo. Tras dudar entre varios musicales, decides entrar en uno llamado "Cats". Durante casi dos horas contemplas a un grupo de felinos haciendo el chorra sobre el escenario. Te encanta. Tu adicción a la obra es tal, que cuando Asparagus se parte la tibia en una representación, te presentas al casting para sustituirle. Consigues el papel cosechando ese año varios premios Tony.