- Buena elección, Jim. Abrochaos los cinturones, nos largamos. Al instante la sala de mando se convierte en una jaula de locos con gente yendo de un lado para otro. En cuanto echas el ojo a un asiento libre, te abrochas el cinturón expectante por las aventuras que te esperan.
Gracias a la velocidad estúpida llegáis en unos minutos a vuestro destino. Con gran pericia, Tony hace descender la nave en el centro de la plaza de una céntrica ciudad.
Cuando salís al exterior, comprobáis cómo los habitantes no se han sobresaltado lo más mínimo por vuestra llegada. Van andando de aquí para allá inmersos en sus quehaceres, todos cortados por un mismo patrón: boina negra ladeada, camiseta de rayas blancas y azules horizontales, pantalones de pitillo, cigarrillo en boca y todos y cada uno de ellos (mujeres incluidas) lucen un fino bigote con las puntas hacia arriba.
Aprovecháis que uno de esos seres pasa lo suficientemente cerca de vosotros para capturarlo e interrogarlo, es entonces cuando el extraño viandante se digna a prestaros su atención.
- Ah, holá, ¿cómo está ustéd? Oh, que kitchs - dice refiriéndose a la nave. - Un vehicúlo voladog, hace siglos que nos deshicimos de los nuestgos.
- ¿Dónde estamos y qué hay de valor por aqui?- pregunta Pitt con malas pulgas.
- Este es nuestgo planeta: "Vive la France". Yo soy Pierre y vosotgos unos maleducadós.
No bien termina de hablar, lanza un escupitajo al capitán, que de la rabia tira al vivelafrancés a una fuente de la que mana un extrañamente familiar líquido verde. Cuando Pitt considera que se ha refrescado bastante, lo saca y le vuelve a preguntar.
Quién sabe si por miedo o porque está como una cuba, bebes un sorbo de la fuente y compruebas que es absenta, os habla de una fortuna incalculable que se esconde en una fortaleza en el polo norte del planeta.
Los piratas parten hacia allá sin ti. El capitán te ha dejado al cuidado de Pierre y de la máquina embotelladora de absenta. Como no hay mucho que hacer, le pides a Pierre que te hable de "Vive la France".
-¿Comó? ¿Entonces lo de antes no ega una brgoma?- responde escandalizado. - Es un milaggo que estéis vivós aún. Nuestgos filosofós tienen la teoguia de que quien no conoce "Vive la France" no existe. Tendrge que dag pagte a la academia de ciencias.
Antes de que puedas reaccionar, Pierre se pierde entre la maraña de callejuelas que rodean la plaza. Al atardecer, vuelven los piratas con cara de pocos amigos; de gran tesoro nada, únicamente una biografía comparada de De Gaulle y Napoleón, esa era toda la fortuna que había allí.
El robot de carga empieza a cargar las botellas de absenta en la nave. Ya te dispones a echarle la última ojeada a la plaza cuando os veis rodeados de policías.
-Altó, no pueden magchagse- grita por el megáfono lo que parece, es un oficial. - Según la ley 214-b todos los que nos visitan deben pasag un examen de frances, si intentan igse no nos quedaga mas gemedio que atacag.
. Si pasáis de todo y os largáis, los Doors estarían orgullosos de ti, ve al post 69
. Si haces caso a la ley, pasa por el aro en el post 70