- Por el culo te la hinco, jajajajja - las carcajadas de Pitt y su loro centran la atención de los parroquianos - No estoy falto de dinero. No me hace falta lo que me ofreces, pero si hay algo de lo que carezco es de gente de la que reirme, como tú. Preséntate mañana a las 0701 horas en el almacén de la calle Rautta. Sé puntual o te dejaremos en tierra.
El resto de la noche transcurre entre vodkas con hielo y Manhattans. A la hora acordada estás en la puerta del almacén más borracho que una cuba.
- ¡Tuertoooo!, ¡tuertoooo! - tus gritos resuenan entre las grandes naves del complejo industrial pero la puerta del almacen no se abre. Pruebas entonces a darle golpes.
- ¡Tuerto! - golpe fuerte - ¡Tuertooooo! - golpe fuerte, golpe fuerte - ¡Tuertoooooooooo! - golpe fuerte, golpe fuerte contra el pecho de un osboriano de tres metros más musculado que la contranatura unión de Stallone y Schwarzenegger, los últimos presidentes de los USA antes de que Wal mart comprara el país.
- ¿Quién osa golpearme? - pese a no haber abierto la boca, escuchas perfectamente la ronca voz del osboriano. ¿Será telepatía o que le estás mirando el ombligo?
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