48

- Señor piruleta, ponga rumbo a estas coordenadas.


La súbita aceleracion de la nave te pilla de improviso. Sales despedido hacia la silla del capitán y uno de los brazos se te clava en.... dejémoslo en que ves las estrellas sin mirar por la escotilla.


Para cuando te recuperas ya habéis llegado al planeta. La nave ha aterrizado en lo que parece ser un jardín. Como novato, se te concede el privilegio de pisar el primero el nuevo planeta.


Cuando se abre la escotilla, ves corriendo hacia ti a un humano con una cabeza enorme con poco pelo. Cuando está a pocos metros de ti lo reconoces...


- No puede ser - te dices una y otra vez - Iker, macho, ¿qué haces tu aquí?


- ¡Al fin un humano! No te lo vas a creer, pero los extraterrestres existen, tío, ¡¡¡existen!!! Qué ganas tenía de contárselo a alguien. Por cierto, ¿tú quién eres?


Le cuentas a Iker tus peripecias y los acontecimientos más destacados desde que él fuera abducido cuando iba de camino a casa tras terminar de grabar uno de sus programas.


-Yo al principio pensaba que eran los barrenderos que siempre me estaban gastando bromas, pero cuando empezaron con las sondas anales... Solo un alienígena podría tener un dedo tan largo - Iker parece turbado al recordar los acontecimientos, es mejor cambiar de tema.


-¿Qué planeta es este?


- Su nombre es Atlantis, como el del mítico continente del que tantas veces hablé en mi Nave del Misterio. Me pregunto si Carmen seguirá estando tan buena...


-Dejaros de cháchara - Pitt se os acaba de unir y parece impaciente- ¿Qué hay de valor por aquí?


-Hombre - responde Iker pensativo, - tenemos mucha agua. Si buscas bien encontrarás agua y, en general, lo que mayormente hay es agua.  Ah , se me olvidaba, ahí abajo - continúa Iker señalando al mar - tenemos el mayor tesoro del universo: la perla de Rab'a.


Los ojos de Pitt se iluminan como los focos tras la huida de un presidiario. Manda buscar a la nave los trajes de buzo. Tras daros las indicaciones oportunas, Iker se despide de vosotros, tiene que ir a trabajar. El ajustado mono de neopreno te queda como un guante y además te hace menos gordo. Lo que ya no te gusta tanto es la pecera que tienes que ponerte en la cabeza y a través de la cual ves todo algo borroso.


Pitt, Ray, Tony, un par de secuaces que no merece que los nombres y tú, os sumergís en las oscuras aguas. Camináis durante un rato entre la atípica flora marina, extrañados por la ausencia de vida animal. No tardáis mucho en llegar al pie de un muro de roca que se eleva bajo el agua mas de 200 metros.


Cuando retiras algo parecido a un alga de tu visera, ves una pequeña entrada en la piedra. No es una abertura natural, los bordes están demasiado lisos y los ángulos son demasiado perfectos. Como novato, te toca ir en primera línea. Te preguntas si todo el rollo de los derechos de los novatos no es más que el equivalente pirata de un contrato temporal. Con la determinación de hablar seriamente con Pitt una vez que estéis de vuelta, te adentras en la negrura. No se ve un palmo. No te queda más remedio que ir palpando las paredes. Tanteas con cuidado el terreno varios minutos, el túnel parece ensancharse a medida que os vais adentrando en él. De pronto, tu mano se posa sobre una especie de esfera blanda y gelatinosa que se va endureciendo conforme la vas tocando más y más. Cuando notas una especie de botón contra la palma de tu mano, una voz femenina te interrumpe:


- Tú sí que sabes tratar a una chica, ¿eh?


Una explosión de luz os ciega al instante. Pasados unos segundos, abrís los ojos solo para ver que os encontráis en una inmensa cúpula de mármol en cuyo centro, levitando, yace la mayor perla que jamás hayas visto. Con todo, lo más sorprendente es la sirena a la que estabas masajeando un pecho, que te mira sorprendida.


A una señal de Pitt, uno de los lacayos se lanza hacia la perla, pero antes de llegar a tocarla, la sirena con rápidos reflejos se abalanza sobre él y le arranca los brazos de cuajo. Huis despavoridos fuera de la estancia. Pitt ordena un consejo urgente.


- Tenemos que conseguir esa perla como sea. ¿Alguna idea?


- Que alguien se la ligue - sugiere Ray- y mientras, el resto robamos la joya.


- Me parece bien. ¿Algún voluntario?


- ¿Por qué no Jim?, le ha metido mano a la "chica" y no se la ha cortado.


- ¿Pero por qué yo? ¿Por qué no Tony?


- Entiéndelo Jim, a ti el traje te marca más paquete - ese comentario del lacayo superviviente, no te ha gustado nada. Nota mental: no agacharse ante él.


- La ley del mar exige que se resuelva la disputa tirando una moneda al aire. ¿Qué eliges Jim?


No te ha gustado la sonrisa de Pitt ni el guiño que le ha lanzado a Tony, pero no te queda más remedio que escoger.



. Si eliges cara, ve al post 49

 
. Si eliges cruz, ve al post 50